Desde pequeña, la dislexia hizo que aprender a leer y escribir fuera todo un desafío. Pero, ¿sabes qué? Esa "dificultad" me abrió la puerta a un mundo increible: el de la creatividad. Para compensar, ¡la usaba para todo! Tanto fue así, que sin darme cuenta, desarrollé mi propio método. Con él, hoy ayudo a muchísimas personas a entrenar y desarrollar su creatividad. Y lo más increíble es que, casi sin buscarlo, ¡todas ellas han crecido muchísimo a nivel personal y de liderazgo!

La creatividad no solo hace el camino más fácil, sino también más divertido y lleno de sorpresas. Quienes han pasado por mis talleres descubren talentos que ni imaginaban tener y superan retos que antes les parecían imposibles. Porque, para mí, la creatividad y el desarrollo personal van de la mano. Es como tener una brújula que te guía y un motor que te impulsa a alcanzar tus sueños.